En la primera visita que hicimos a este local nos encontramos con un local cerrado, antiguo y oscuro, planta a pie de calle de 101 m2.

Nuestros clientes querían abrir un bar para tapeo, donde los clientes pudiesen hacer allí sus reuniones. Le querían dar un aire moderno, fresco y con elementos industriales, pero sobre todo querían un espacio muy acogedor que invitase a entrar y quedarse.

Para conseguir este objetivo se cambió toda la fachada se colocó una puerta de entrada amplia para que entrase la luz y hubiese una conexión visual entre el interior del local y la gente que paseases por la calle. Al igual que un gran ventanal donde poder pedir desde fuera y atender a la gente que estuviese en la calle.

Al comenzar la demolición nos encontramos con varios problemas en vigas y apoyos los cuales se tuvieron que solventar sobre el proceso de reforma para conseguir dejar un bar seguro para los clientes. En el frente de la barra se hicieron armarios en chapa toda la pared continua donde se empotro en el mismo mueble la máquina de tabaco para que quedase integrada en el ambiente. El resto de las paredes se pintaron en colores claros. Para el suelo se realizó en cemento pulido dando al bar un aspecto industrial que buscaban los clientes, en el baño se colocó un suelo cerámico imitando hidráulico antiguo con diferentes colores y formas geométricas.

Se diseñó una barra con frente en chapones de hierro en su tono natural y encimera de silestone blanco.

Al hacer la demolición apareció un pilar metálico que se dejó visto, simplemente se pintó con oxirón. En cuanto a la iluminación se combinó halógenos con iluminación suspendida sobre la barra.

Los tubos de la climatización se dejaron vistos.

Por último, los baños y la cocina se realizaron en azulejos rojos dando una gran vistosidad a los mismos.

El cambio fue espectacular, el local se ha transformado en un espacio agradable en el que apetece tomarse algo.